Luego de un inicio de año sin demasiados estrenos de producciones locales, los títulos nacionales comienzan a aparecer en la cartelera uruguaya: a un mayo con cuatro novedades le siguió un junio con tres.
El estreno más importante del mes fue “Las olas”, comedia fantástica de Adrián Biniez (“Gigante”, “El 5 de talleres”) con producción de la uruguaya Mutante Cine y la argentina Campo Cine. El filme llegó el 14 de junio a salas de todo el país luego de su estreno en la última edición del Festival de San Sebastián, y cuenta la historia de Alfonso (Alfonso Tort), un hombre que se sumerge en el mar y al salir se da cuenta de que si bien mantiene su cuerpo adulto ha viajado a otro balneario y a otro tiempo, dando comienzo a un viaje por diferentes vacaciones a lo largo de su vida.
Una semana más tarde se estrenó en Sala B del Auditorio Nelly Goitiño el documental “Tracción a sangre”, ópera prima de Sofía Betarte con producción de Montelona Cine que retrata a dos familias de clasificadores de residuos a caballo de Montevideo en su intento de salir adelante luego de haber perdido su herramienta de trabajo. A la misma sala llegó el 30 de junio “Cartitas”, documental de Alejandro Rocchi y Marco Bentancor producido por Polisemia Pictures que muestra tres historias de amor de niños y niñas en edad escolar.
Al buen momento de estrenos nacionales se suma un acuerdo de Coproducción Cinematográfica y Audiovisual firmado el pasado 16 de mayo entre Uruguay y la Federación Valonia-Bruselas (FWB), región sur de Bélgica. Este es el segundo acuerdo firmado por dicha federación con un país sudamericano, luego del realizado con Chile en 2017.
El acuerdo con Uruguay es para producciones artísticas y técnicas (no se admite coproducción financiera) en proyectos audiovisuales de cualquier duración y soporte, con excepción de publicidad. El acercamiento a Bélgica se suma a los acuerdos de coproducción bilaterales firmados y vigentes entre Uruguay y Argentina, Canadá e Italia, además de un protocolo de entendimiento con Brasil y el Acuerdo Iberoamericano de coproducción.
En diálogo con LatAm cinema, el director del ICAU (Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay) Martín Papich opina sobre la importancia de estos tratados. “Los acuerdos con otros países son parte de la red de oportunidades multilaterales y bilaterales de producir y una buena forma de acceder a otros territorios. La diversificación de mercados es parte de una estrategia de internacionalización que practicamos sistemáticamente por dos aspectos claves: ampliación y ruptura favorable de nuestra escala de mercado y profundización de la multilateralidad desde el punto de vista conceptual. Ambos elemento son determinantes en hacer viable y estable un sistema progresivo de permanencia internacional. Uruguay, antes del establecimiento de sus mecanismos de Fomento (en 2018 se cumplen 10 años de aprobación de la Ley de Cine y Audiovisual) era un país casi que absolutamente coproducido. Hoy la realidad cambió, por un lado por acuerdos puntuales como por ejemplo el protocolo con Brasil y por otro con la incorporación de estímulos económicos desde el Plan de Fomento dirigido a promover las coproducciones minoritarias que hoy se suman a la cartelera de estrenos de bandera nacional” explica Papich, y agrega que el ICAU otorga prioridad a la integración y cooperación mediante proyectos como el Programa Ibermedia, los programas de CACI, RECAM o Retina Latina.
“El acuerdo con Bélgica se suma a esta dinámica, potenciando la concreción de proyectos bilaterales como asimismo por el diferencial de acceso a la UE y a la francofonía de la que somos parte. Estos aspectos multiplicadores de oportunidades le dan a este acuerdo puntual un rol mucho más relevante, sobre la base de antecedentes de intercambio entre ambos países y la expectativa que se ha generado entre productores locales y de Bélgica” concluye Papich.