El pasado 25 de julio, en el marco de la octava edición de DocMontevideo, el cineasta Eryk Rocha volvió a la capital uruguaya para presentar “Cinema Novo”. Recientemente galardonada en el Festival de Cannes con el Premio L’oeil d’or al mejor documental, el film de Rocha dio precisamente sus primeros pasos como proyecto siete años atrás en DocMontevideo, dónde fue presentado frente al público y commission editors.
“Papeles, palabras, conceptos y deseos”, comentó el director brasileño releyendo un texto presentado en aquel entonces. “Es muy curioso, porque al final uno vuelve siempre a la semilla. Recuerdo que la interlocutora en aquel entonces quería formatear el proyecto con un paradigma de televisión convencional, con poco espacio para la experimentación y al no poder encuadrarlo se produjo un cortocircuito en el diálogo. Lo que expuse allí era una contextualización histórica sobre el movimiento Cinema Novo, con algunos conceptos que sirvieron de punto de partida”, recordó.
Durante tres horas, Rocha profundizó junto a la audiencia sobre el proceso de creación, las motivaciones que lo impulsaron a llevar adelante el film, el montaje y el momento histórico en el cual se inscribe su última película. “El film es un ensayo, un diálogo entre generaciones con y a través de Cinema Novo. No es una película sobre el movimiento, ni intenta definirlo, ni siquiera explicarlo. En la película son los autores del movimiento quienes hablan en primera persona. Es una experiencia para la pantalla de cine, física y sensorial, donde mi apuesta es dialogar con las especificidades de la imagen y el sonido”, explicó.
Sobre las motivaciones que lo impulsaron a realizar el film, comentó no identificar una específicamente sino reconocer un recorrido con cuestionamientos que lo condujeron hasta allí. “¿Por qué quiero seguir haciendo cine?, ¿de dónde vengo?, ¿cuáles fueron las personas que abrieron los caminos para que yo pueda hacerlo? y ¿es posible entender mejor por medio de ésta película a mi país?. De la necesidad de compartir con el mundo estas preguntas nace la película”, afirmó el director.
Con más de 130 archivos analizados, Rocha y su montajista buscaron no sólo a los grandes maestros del Cinema Novo, sino también abrir una dimensión más amplia de los autores y obras, en donde cada uno -desde su punto de vista- contribuya a la totalidad para llegar a un primer corte, explicó. Con el material que quedó fuera del largometraje se realizó una serie televisiva. “La libertad de tener un material tan rico, amplio y poderoso, nos dio una claridad para discernir qué era más apropiado para la experiencia de una película de una hora y media en pantalla cinematográfica, y qué material se acoplaba mejor en la serie de televisión. Eso posibilitó sacarle al largometraje la función de explicar y desarrollar una línea historicista”, detalló.
Sobre la coyuntura política durante la cual fue estrenado el film, Rocha comentó: “Una de las capas de la película es una generación que construyó una cinematografía en una dictadura militar; es inseparable el cine y la política. El acto político no está sólo en los temas sino también en el lenguaje; en el movimiento de cámara, en el sonido, en la forma de interpretar los personajes. Es una paradoja que el período más fecundo de la historia del cine brasilero esté marcado por ello. Hoy la historia está viva y en movimiento. Las fuerzas sociales y políticas también lo están, porque no han logrado resolver los problemas estructurales aún y la situación de Brasil tiene su traducción en el resto del mundo. Si la gente al ver la película reflexiona sobre esta realidad, voy a ser muy feliz”, afirmó ante la audiencia.