Entre el 17 y el 28 de abril se realiza en diez salas de Montevideo la trigésimo séptima edición del Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay, organizado por Cinemateca Uruguaya.
Durante 12 días se podrán ver 240 filmes provenientes de cerca de 60 países que participarán en alguna de las diez secciones competitivas y panorámicas, del foco en el cine nuevo español, Cine y música en “Ensayo de Orquesta”, la sección meta cinematográfica “Ojo con el cine” y muestras de otros festivales. La principal sede del certamen son las tres nuevas salas que regenta la Cinemateca, además de otras cuatro salas del centro de Montevideo.
La competencia internacional de largometraje está compuesta por quince títulos, de los cuales tres son de la región: la colombiana “Monos” de Alejandro Landes (coproducción uruguaya), la mexicana “Nuestro tiempo” de Carlos Reygadas y la guatemalteca “Temblores” de Jayro Bustamante. Fuera de competencia además se verá “Los tiburones”, ópera prima de la uruguaya Lucía Garibaldi.
En la competencia iberoamericana compiten 13 películas, entre las que se encuentran las brasileñas “Divino amor” de Gabriel Mascaro (coproducción con Uruguay), “Diz a Ela Que Me Viu Chorar” de Maíra Bühler, “Los sonámbulos” de Tiago Mata Machado y “Lembro Mais dos Corvos” de Gustavo Vinagre; las argentinas “De nuevo otra vez” de Romina Paula y “La omisión” de Sebastián Schjaer; las chilenas “Enigma” de Ignacio Juricic y “Tarde para morir joven” de Dominga Sotomayor y la mexicana “Una corriente salvaje” de Nuria Ibáñez Castañeda. Completan la categoría tres títulos españoles y uno portugués.
“En cuanto a estilos, narrativas y estéticas, la diversidad de los títulos de esta edición es inmensa. Cierto es que justamente, uno de los objetivos del festival es mostrar ese cine que rompe con los esquemas clásicos, no sólo desde lo experimental o el cine más vanguardista sino a partir de películas que nos sorprenden por sus propuestas narrativas diferentes, por su estilo rupturista, porque innovan en el manejo de lo cinematográfico o de lo estilístico, valiéndose muchas veces de las herramientas que proveen las nuevas tecnologías o simplemente de ideas nuevas” cuenta a LatAm cinema Alejandra Trelles, directora artística del festival.
El cine latinoamericano también está presente en otras secciones, como la argentina “El día que resistía” de Alessia Chiesa , la mexicana “La camarista” de Lila Avilés o las brasileñas “Raia 4” de Emiliano Cunha y “Sócrates” de Alexandre Moratto en la competencia de Nuevos realizadores; o los tres filmes argentinos de la Competencia de cine de derechos humanos: “Chubut, libertad o tierra” de Carlos Echeverría; “La casa en Argüello” de Valentina Llorens y “Operación Cóndor” de Andrea Bello y Emiliano Serra. Aquí también compite la chilena “Las cruces” de Teresa Arredondo y Carlos Vásquez Méndez.
Trelles explica cómo nació esta sección: “En cada edición identificamos temáticas recurrentes, que no siempre devienen en secciones específicas sino que se reparten por la grilla de programación sin que consideremos necesario agruparlas bajo un mismo título que las englobe. Sin embargo, hace ya varias ediciones decidimos crear una nueva competencia de Cine de Derechos Humanos pues consideramos que era una forma de subrayar ese cine que, elegido únicamente a través de criterios de calidad, abordaba las diversas temáticas de los DDHH. Así, dentro de la propia sección hemos visto crecer el número de películas cuyo objeto era la vulneración de los derechos de los migrantes, sobre todo de la inmigración ilegal hacia los distintos países europeos; o en esta edición, sobre todo, películas que tratan sobre la memoria histórica y los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura de Pinochet” cuenta Trelles, quien también explica por qué otra sección temática ya no existe.
“Hubo un par de ediciones en los que decidimos agrupar todas las películas con temáticas LGTBIQ en una sección llamada “U R GAY”, pero luego vimos que eran demasiadas, que el tema de la diversidad sexual, o los personajes cuya sexualidad era “diversa” en las películas, se había naturalizado tanto que se ya no era parte de la trama sino que estaban ahí. El cine es un espejo de la realidad que muchas veces está leyendo los signos de los tiempos que vivimos. De todos modos hay muchas películas, incluso en esta edición podría nombrar más de 30 títulos, que atienden a estos temas, o a estos personajes cuyas vidas han sido singulares o dificultosas por pertenecer a una minoría muchas veces marginada” concluye la directora artística.